Nacimos en la mayoría de los casos en un
entorno pensado para formar una familia, compuesta por un padre y una
madre que nos han engendrado y en algunas ocasiones también nos han dado
hermanos.
Pero esto está cambiando
poco a poco. La clásica estructura familiar de varón y mujer ha cambiado
a distintas y variadas estructuras familiares, que se adaptan al paso
del tiempo y a las distintas situaciones en la vida de muchas personas.
Hemos
observado el crecimiento de las denominadas familias monoparentales. En
las cuales solo hay presente un progenitor, ya bien sea el varón o la
mujer, y estos tienen hijos por varios métodos. Las mujeres que deciden
emprender la vida de madres sin la ayuda de un varón, normalmente se
someten a la fertilización in-vitro o deciden adoptar un niño. Los
hombres frecuentemente recurren a la adopción de niños o deciden pagar
por el denominado “vientre de alquiler”. Todos éstos métodos pueden
generar controversia en la sociedad, algunos parecen fuera de sí, pero
nos muestran el inmenso deseo de algunas personas por criar sus hijos en
solitario ya porque no han encontrado a su pareja ideal, o han sufrido
alguna experiencia traumática, etc.
En
algunos casos, estas familias monoparentales continúan así a lo largo
de los años en los que crecen los hijos, otras encuentran a la otra
persona que buscaban y pasan de ser monoparentales a complementar la
familia clásica.
Por otro lado me gustaría reflexionar sobre las adolescentes que tienen hijos en edades tempranas como los dieciséis. Existe un programa de televisión que se llama “Embarazada a los 16” y es una producción de MTV (una televisión americana) y este programa se basa en hechos reales sobre las historias de estas chicas que queriendo o sin quererlo se quedan embarazadas. En este se cuentan sus historias diarias, se ve la evolución del embarazo y también cómo cambian las relaciones de las chicas con sus familias y con sus parejas.
He notado que en este programa se reflejan perfectamente los problemas que sufren muchos adolescentes, que quedándose embarazadas o no, por la presión de grupo deciden empezar a tener relaciones en edades tempranas. Esto muchas veces las lleva a tener que formar sus familias por su cuenta, estando embarazadas de un tipo que a lo mejor solo vieron durante una noche.
La sociedad en la que vivimos nos moldea, nuestro ritmo de vida puede llegar a afectar nuestra familia hasta el punto en que es necesaria la separación de los cónyuges y de consecuencia romper la familia.
A medida que vamos creciendo nos damos cuenta que muchos de nuestros amigos o algunos de ellos, han pasado o están pasando por una situación difícil en casa, ya que se están divorciando sus progenitores. Es algo cada vez más común y que nos parece menos extraño, el vaivén de parejas que se divorcian y luego vuelven a juntarse al cabo de un tiempo.
Con estas líneas quería reflejar la sociedad cambiante y cómo evolucionan con ella hasta las estructuras más comunes y clásicas que conocemos hoy en día.
Aquí se podría aplicar una frase que todos conocemos perfectamente: “Renovar o morir” y esto es lo que hacen nuestras familias, renuevan sus estructuras o mueren en el divorcio.
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